en algún momento me transformaste en un mueble.
no se si fue durante la noche o el día. pero cerraste el cajón de tu mesa de noche y luego inventaste un cajón en mi pecho. pusiste algunos trastes viejos adentro y lo cerraste.
ni muy fuerte ni muy suave.
y luego prendiste la luz de tu lámpara, creo que querías leer algo. y apagaste la mía, así q todo lo que podía ver era gracias al tenue brillo q emanaba del foco al lado de tu cama
en ese momento ya estabas olvidando q estaba ahi parado, tratando de alcanzarte con la mirada.
estabas ocupada con esa lectura. cada página pegada a tus dedos, q te contaba alguna historia sin importancia.
o con importancia. ya no se. igual no me lo dirás pq no hablas con los muebles. abres y cierras sus cajones, pones ropa a colgar en ellos, tal vez me quites el polvo un día de estos.