Friday, February 05, 2010

sad memory

Un día Michaelangelo llegó a su taller. Abrió la puerta, ya con el cincel en la mano para continuar la que era su obra maestra. Le había dedicado tanto tiempo y había tenido tanto esmero y cuidado, de modo que capture la belleza que solo existe en los sueños. Era una obra que emergía de un solo bloque de mármol, todo blanco, todo perfecto.


Cuando Michaelangelo se acercó a acariciarla con su arte, el mármol decidió desintegrarse. En diminutos e innumerables granitos que caían ante la mirada impotente del italiano.

A partir de ese día una parte de él se quedó en ese taller, intentando colocar cada granito en su lugar. Como si se tratase de un rompecabezas casi infinito. Y luego de muchos siglos seguirá intentando rearmarlo. Es q es mas fácil hacer aquello que descubrir porque de repente decidió desintegrarse.

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